Por Raúl A. Pinto.
Un detective de 84 años que nos roba el corazón, y la historia del escritor detrás de la mejor película de la historia. Este es nuestro último comentario de cine del 2020.
Considerada como una de las mejores películas del año, “El agente topo” (conocida en inglés como The Mole Agent) es una película sorprendente, una oda a la madurez y al abandono de la vejez. Al mismo tiempo, es una comedia fresca y literalmente genuina. Y finalmente, es un documental. Sí, un documental, pero filmado de tal manera que parecemos estar en presencia de la cinta de ficción más original jamás vista.
Rómulo es un detective real, que entrevista a adultos “de entre 80 y 90 años”, buscando un candidato para infiltrarlo en un hogar de ancianos. La hija de una de las residentes sospecha que su madre podría estar siendo maltratada.
Como la directora de la película, una virtuosísima Maite Alberdi, ya tiene a un equipo de cámaras grabando al interior con la excusa de estar documentando el día a día del lugar, sólo queda encontrar al espía perfecto. Entra Sergio. Recientemente viudo, con tres hijos, y con ganas de trabajar. Sergio se convierte en un personaje espectacular, un verdadero “actor principal” que entra al hogar de ancianos a enamorar a sus compañeras en todos los sentidos, y a convertirse en un paladín de la justicia, no ante los abusos al interior del asilo, sino ante su jefe, Rómulo, a quien poco a poco intenta explicar que posiblemente la mayor dificultad de esta comunidad sea el abandono de los familiares.
Aclamada en Europa y Norteamérica, “The Mole Agent” es la película que usted debería ver esta navidad. Disponible para arriendo y compra en Youtube.
Para los nerd del cine como yo, “Mank” es una delicia. Tiene referencias a actores, productores, guionistas y celebridades de la primera mitad del siglo XX que muchos de nosotros conocemos: William Randolph Hearst, Irving Thalberg, Louis B. Mayer, Orson Welles, Charles Lederer, Joseph L. Mankiewickz, Upton Sinclair, y los protagonistas, Herman “Mank” Mankiewickz, a cargo de Gary Oldman, finalmente tomando roles consistentes con su enorme talento, y Marion Davis, a la medida de la personalidad de Amanda Seyfried. Cuando los vemos juntos conversando en los jardines de San Simeón, nos queda muy claro que ya hay dos puestos ocupados en las nominaciones para los Oscars.
Además tenemos aquí a un lujo de director, David Fincher (“El club de la pelea”, “El curioso caso de Benjamin Button”, “La red social”), esmerándose al máximo por cubrir todos los rincones de su película con los ángulos apropiados (con un excelente uso de cámaras en el pequeño lugar donde vemos a Mank postrado, escribiendo lo que sería el guión de la que sería la inmortal “El ciudadano Kane”), y la perfecta elección de Erik Messerschmidt como director de fotografía, tras su brillante desempeño en la serie que Fincher produjo, “Mindhunter”. Lo mismo para la dirección de arte y vestuarios.
Desafortunadamente, “Mank” no es la película que esperábamos, y el problema reside en el guión. Y esto es, por supuesto, una lástima enorme, pues el autor fue Jack Fincher, fallecido padre del director. La historia sobre los orígenes de “El Ciudadano Kane” se resuelve con la sutileza de una motosierra y, a no ser que usted sea un fanático de la época del cine entre 1930 y 1939 y del contexto histórico del período entreguerras, usted no disfrutará de esta cinta por sí sola. Disponible en Netflix.
Les deseamos, desde la pantalla, unas bellísimas fiestas, llenas de cine.