Por Ivet González
El parlamento cubano aprobó un anteproyecto de nueva Constitución para reconocer varios tipos de propiedad, incluida la privada, allanar el camino al matrimonio igualitario, rediseñar el sistema ideológico y de gobierno e incluir el término de derechos humanos, entre otros llamativos cambios.
Así la reforma iniciada por el expresidente Raúl Castro en 2008 y que el actual mandatario Miguel Díaz-Canel asegura que continuará, entró el domingo 22 en una nueva etapa de legitimidad con un borrador de ley fundamental que mantiene el socialismo como irrevocable en este país caribeño de 11,2 millones de habitantes.
En la clausura de la sesión de la Asamblea Nacional del Poder Popular (parlamento unicameral), que se transmitió en directo por televisión y se extendió del 21 al 22 de julio, Díaz-Canel dijo que la Constitución está “obligada a actualizarse para que la institucionalidad se fortalezca y, con ella, el modelo económico social” perfilado por su antecesor Castro.
Castro (2008-2018), que se mantiene como diputado y primer secretario del Partido Comunista de Cuba (PCC), el único legal en el país, presidió el grupo encargado de elaborar el borrador analizado por las y los 605 legisladores que ahora revisa la comisión de redacción y estilo.
El texto aún no es público, pero pronto lo será porque se realizará, del 13 de agosto al 15 de noviembre, la consulta popular en barrios centros de estudio y trabajo del anteproyecto compuesto por preámbulo y 224 artículos.
Luego el calendario divulgado por las autoridades establece otra revisión del documento y la realización del referendo prevista para febrero de 2019.
Muy esperada por la población, en especial el creciente sector privado, la parte dedicada a la propiedad sorprendió a observadores y especialistas al reconocer una amplia diversidad en un sistema todavía muy estatalizado y que dio auge en 2010 a pequeños negocios privados sin amparo constitucional.
El anteproyecto plantea el reconocimiento del mercado y la propiedad socialista de todo el pueblo, cooperativa, de las organizaciones políticas, de masas y sociales; privada, personal y mixta, que incluiría variantes de todas las formas anteriores y otras que registren leyes más específicas.
En la actualidad el trabajo privado genera 13 por ciento del empleo y existen cooperativas en sectores diferentes al agropecuario, en el cual sólo se regulaba la propiedad colectiva.
En política, varios cambios dejan entrever la división de poderes en la cúpula con la incorporación de un primer ministro y la descentralización en la gestión de gobierno con un mayor empoderamiento de los gobiernos de los 168 municipios.
También se limitan a dos períodos de cinco años para el cargo de presidente de la República, que tendrá hasta los 60 años de edad para postularse a su primer mandato.
Se mantiene el sistema de partido único, con el PCC reafirmado como “fuerza dirigente superior de la sociedad y el Estado”, aunque se elimina “el avance hacia la sociedad comunista” del artículo cinco de la Constitución vigente desde 1976, con reformas en 1978, 1992 y 2002.
“En nuestra visión pensamos en un país socialista, soberano, independiente, próspero y sostenible”, argumentó el presidente del parlamento, Esteban Lazo, el 21 de julio, en referencia a esta supresión de carácter ideológico.
La Revolución Cubana de 1959 y que se declaró socialista en 1961, había seguido hasta ahora la idea del marxismo-leninismo de construir un sistema socialista como paso intermedio que rompe con el capitalismo para construir la organización social y económica mundial liderada por trabajadores del comunismo, hasta hoy irrealizada.
“De esta manera, Cuba readecúa más su proyección en el actual contexto político, social y económico del mundo, donde ya el socialismo no es una fuerza hegemónica. De hecho, es algo que venía haciendo desde la caída del campo socialista soviético” en 1991, explicó el profesor universitario Enrique López Oliva.
“Hay una aparición de nuevas corrientes de izquierda con un discurso más propio del momento actual, a las que parece sumarse Cuba”, contextualizó López Oliva, quien recordó que la ley fundamental vigente fue realizada en tiempos de la Guerra Fría y la polarización del mundo entre países capitalistas y socialistas.
López Oliva se refirió también a la modificación de la definición del matrimonio, que en la Constitución vigente desde 1976 se estableció como “la unión voluntariamente concertada entre un hombre y una mujer”, y ahora se redactó como el vínculo “entre dos personas”.