Por Alexander Terrazas
Según las cifras oficiales que manejan las autoridades, Toronto ha registrado 22 personas muertas por armas de fuego en lo que va del año, de un total de 51 homicidios. Haciendo una analogía, la cantidad de muertes por disparos en la ciudad ha aumentado un 50% comparativamente con el 2017. Se teme que este año esa cifra tienda a sobrepasar al 2005, considerado el ‘año del arma’, cuando 52 personas murieron a balazos en Toronto.
Todos estos hechos no son causales ni producto del azar. Estamos frente a una ciudad asediada por las bandas de delincuentes que campean sus actividades con absoluta impunidad. Esta ciudad, que nos acoge a todos para brindarnos mejores oportunidades de las que tuvimos en nuestros países, no merece ser tratada de esta manera.
Es que a tal grado ha llegado el ‘descaro’ de los delincuentes que ya actúan en pleno centro de la ciudad y, en algunos casos, a plena luz del día para perpetrar sus actos. Incluso hiriendo y matando a gente inocente, como para sentar un precedente e intimidar a una sociedad que ya se siente asolada y con una sensación de inseguridad. Anteriormente, dicen los investigadores, la mayoría de los tiroteos se registraban en los confines de las áreas de vivienda de las comunidades, generalmente en zonas caracterizadas por la pobreza, el desempleo, la falta de educación, los problemas de salud mental y las drogas. Sin embargo, ahora, la violencia se está derramando fuera de esas áreas. Ahora, los tiroteos han llegado hasta el ‘corazón’ de Toronto y eso naturalmente le duele a la población.
Mientras tanto, las autoridades políticas y policiales, observan con cierta discreción e impotencia el asunto. En declaraciones a los medios de comunicación, el alcalde John Tory dijo que ‘no hay una respuesta fácil’ o una ‘varita mágica’ para reducir la violencia armada en Toronto. En tanto que, el jefe de policía de Toronto Mark Saunders, comentó que estaba preocupado por el ‘descaro’ de algunos de los tiroteos, y agregó que ‘no era la norma’ tener violencia armada a plena luz del día en algunas de las intersecciones más concurridas de Toronto.
Creemos que si no se toman medidas radicales, no debe extrañarnos que dichas organizaciones actúen bajo la lógica de la violencia extrema, a la vista de todos, como ha venido ocurriendo históricamente en varios países, como México, Colombia, Brasil y Centroamérica. No vamos a combatir a las bandas con los ojos vendados y sin estrategias. Se requieren instituciones sólidas con autoridades que repriman con el mayor rigor a los delincuentes y erradiquen la impunidad. La ciudadanía desea y necesita vivir segura y en paz como siempre ha estado. Y nosotros podemos hacer nuestra parte, denunciando a las autoridades cualquier tipo de violencia que se registre en la ciudad. Estamos a tiempo, hacemos votos para que así sea.