Funerales virtuales, estrictos límites de asistencia y dos reglas básicas: “No tocar, no besar”. El coronavirus ha alterado la vida de los vivos y, en consecuencia, el modo en que nos despedimos de los seres queridos fallecidos en EE.UU. y en otras partes del mundo.
“Las funerarias hemos dado nuestros servicios por generaciones durante momentos muy difíciles, guerras, tragedias masivas, enfermedades, lo hemos hecho antes”, explicó Walker Posey, director de la funeraria Posey Funeral Homes en North Augusta, en Carolina del Sur, en una conferencia telefónica con miembros de la asociación gremial.
“Por eso la tragedia del coronavirus no nos va a detener, nos obliga a ser más creativos”, agregó.
El Departamento de Seguridad Nacional (DHS) designó esta semana a los trabajadores de los servicios fúnebres parte de la “infraestructura fundamental” del país, como médicos o policías, de modo que mantengan sus operaciones.
DAR CARIÑO “VIRTUALMENTE”
“No besar, no tocar”, afirma Jessica Koth, la portavoz de la National Funeral Directors Association (NFDA, en inglés), con sede en Brookefield (Wisconsin), por vía telefónica a Efe, sobre las nuevas normas; aunque agrega rápidamente que eso no significa que esté prohibido decir adiós “con cariño”, gracias a la “ayuda de la tecnología”.
Los Centros del Control de Enfermedades y Prevención (CDC) han recalcado que “no hay actualmente un riesgo conocido asociado a estar en la misma sala en una funeraria junto al cuerpo de alguien que ha fallecido por COVID-19”.
“El riesgo no está en el cuerpo del ser querido, el riesgo está en el grupo de gente que acude a despedirlo”, detalla a Efe la directora de otra empresa del sector, Mónica Torres, responsable de NXT Generation Mortuary Support, con sede en Phoenix (Arizona).
Los CDC sí que recomiendan en el caso de los fallecidos por el virus que los empleados de las funerarias lleven equipamiento de protección, como guantes desechables, y poner a disposición de los asistentes a las exequias jabón y gel desinfectante.
FUNERALES PARA LA FAMILIA Y CON MENOS DE DIEZ PERSONAS EN EEUU
En el área de Washington, por ejemplo, que engloba partes de Virginia y Maryland, y donde viven más de seis millones de personas, las autoridades han instado a limitar la asistencia a los funerales a la familia directa y con un máximo de 10 personas.
Asimismo, aconsejan la retransmisión en línea de los servicios funerarios a través de las redes sociales.
No obstante, uno de los elementos más complejos, reconocen los expertos, es mantener la distancia social en estos momentos cargados de intensidad emocional.
“El instinto natural, en un funeral, es inmediatamente dar un abrazo a los asistentes”, explica Koth.
CERO CONTACTO FÍSICO
Para evitarlo, las funerarias están recordando a sus clientes desde el primer momento la necesidad de evitar el contacto físico directo con carteles y advertencias escritas.
Este aspecto es especialmente importante en la comunidad latina, ya que muy a menudo las familias optan por llevar al ser querido fallecido a casa para decirle adiós rodeado de amigos y la comunidad, con comida y bebidas, algo perfectamente legal en el país.
“Es nuestra cultura. Somos latinos, nos abrazamos, nos besamos en las mejillas. Pero tenemos que ser conscientes que bajo la excepcional situación actual es fundamental seguir las recomendaciones”, sostuvo Torres, al recordar la importancia de “desinfectar bien la casa” y “abrir las ventanas” cuando se lleva el ataúd a casa.
LAS CREMACIONES AL ALZA
Los CDC no ofrecen directrices acerca de si es preferible el entierro o una cremación, pese a que esta última implican menos asistentes y se está llevando a cabo en otros países como Italia o España.
Según los datos de la NFDA, esa opción está ganando adeptos en EE.UU.; para 2020 se espera que 37,5% de los muertos sean enterrados, mientras que el 56,4 % escogerá la cremación.
En el país norteamericano los casos de coronavirus ascienden a 190.089 con 4.102 fallecidos, y la tendencia parece ir al alza, de acuerdo a las cifras de la Universidad Johns Hopkins.
La Organización Mundial de la Salud (OMS) ha advertido de que la pandemia del coronavirus SARS-CoV-2 se acelera y que Estados Unidos se ha convertido en un foco central por la rapidez de los contagios que se registran.
Alfonso Fernández