POR ESTRELLA FLORES-CARRETERO
Cuidar las emociones de los equipos de trabajo en situaciones de crisis es una labor básica. Es normal sentirse asustado y sumido en la incertidumbre. Tanto quienes trabajan en grandes empresas como quienes son autónomos, pequeños empresarios o están desempleados sienten que la realidad es adversa, sean cuales sean sus circunstancias personales.
Ignoramos cómo será el mundo el mes próximo y si mantendremos el puesto de trabajo, pero lo que sí debemos tener claro es que haremos lo posible por seguir adelante, protegernos y cuidar de los demás. Para ello es clave la adecuada gestión de las emociones en los equipos de trabajo. Las empresas privadas, grandes o pequeñas, están obligadas a velar emocionalmente por sus equipos de trabajo. Sería necesario:
1.-Nombrar equipos de gestión de crisis. Tiene que haber un líder del equipo o un equipo cualificado, capaz de saber qué hacer, tomar decisiones, comunicar honestamente, decir lo que se está haciendo, generar empatía, mantener la unidad e informar con transparencia a todos los stakeholders de la empresa.
2.-Tener conocimiento interior de las personas. Las empresas suelen establecer su comunicación hacia el exterior, de puertas afuera, pero igualmente importante es la interna. Es necesario ahora más que nunca, conocer a cada una de las personas que forman parte de la corporación, sus necesidades y la manera de contactar con ellas a través de distintos canales, videoconferencia, teléfono, mail, mensajes…, y hacerlo de forma rutinaria, cada día si es posible, y de manera rápida, en cuanto haya algo que comunicar.
3.-Proactividad en el equipo. Hay que anticiparse y brindar soluciones antes incluso de que aparezca el problema. Para ello, es necesario que la información sea bidireccional y multidireccional, que la empresa esté siempre abierta al feedback y la escucha activa.
4.-Decir todo lo que se sabe y reconocer lo que se ignora. Las personas somos sociales, pero también tenemos necesidad de contacto con los demás, ahora la información es contacto. Cuando algo se esconde, nacen los rumores. Por eso es preferible decir todo lo que se sabe, lo que se está estudiando, lo que es previsible… sin faltar a la verdad, aunque con prudencia y sin dejar espacio a la especulación.
5.-Actuar con rapidez. Siempre es un error tardar en responder. Una empresa que brinda inmediatez promueve la confianza. Además, aleja el riesgo del daño a la marca.
6.-Mantener el optimismo. Churchill, en una de sus frases geniales, dijo: «Soy optimista; no me parece útil ser cualquier otra cosa». Personalmente, creo que el optimismo no es una opción: es la única opción. Los líderes deben ser capaces de mantener la moral de los equipos. Para ello, el contacto debe ser estrecho, con proximidad emocional, cercanía y frecuencia en la comunicación.
Hoy más que nunca, el manejo de las emociones en la empresa se torna esencial para gestionar las dificultades, luchar por superarlas, confiar en que juntos podremos lograr nuestros propósitos y además aprender de los errores.