Por Oscar Vigil
Fue difícil ver a la Premier de Ontario, Kathleen Wynne, reconocer públicamente que prácticamente ya tenía la reelección perdida una semana antes de las votaciones. Y fue difícil porque en mi opinión ella ha sido una de las políticas más progresistas, efectivas y honestas que ha tenido la provincia.
Para nadie es un secreto que el Partido Liberal, tras quince años en el gobierno y un sinnúmero de escándalos de corrupción, ya estaba desgastado. Pero no se puede negar también que Kathleen Wynne fue un aire fresco para la provincia y la pieza clave para impulsar cambios importantes en la lucha por la justicia social en Ontario.
Pero así es la política. No necesariamente ganan los buenos, ni los más preparados, ni los más inteligentes. Y Kathleen Wynne no ganó.
Siempre me voy a preguntar si esta estoica y ejemplar mujer realmente perdió la elección por los escándalos de su partido, o si más bien fue debido a que, a pesar de que vivimos en Canadá, peso el hecho de que es mujer y además es lesbiana. Dios salve ahora a los electores de Ontario.