Por Alexander Terrazas
Diciembre. Estamos en una de las épocas del año más emocionante, o como dirían los canadienses ‘The Most Wonderful Time of the Year’ por la llegada de la Navidad, el nacimiento de nuestro señor Jesucristo; sin embargo, en los últimos tiempos las fiestas navideñas han tomado un significado más comercial y menos religioso, no solo en América del Norte, sino en todos nuestros países Latinoamericanos.
Y es que la Navidad se celebra en casi todas las naciones del universo, aunque con costumbres y rituales diferentes, pero a estas diversas maneras de conmemorar la fecha nos une la celebración del nacimiento de Jesús, hijo de Dios. En los países de origen hispanos-latinoamericanos, por ejemplo, la época navideña es motivo de reencuentros familiares, abundan los aguinaldos, las sonrisas, los abrazos y buenos deseos, el ambiente de fiesta en las calles y no faltan los tradicionales villancicos. En nuestros países la forma de celebrar la Navidad o Noche Buena, el 24 de diciembre, varía de una región a otra, pero en sentido general los cambios son muy pocos y todo gira entorno al mismo significado. A las 12 de la noche del 24, se reúne la familia, amigos y allegados, y se comparte la cena que normalmente tiene como plato típico el cerdo, pavo y pollo horneado. Además, se complementa con vino, soda, frutas y las tradicionales uvas pasas, y golosinas entre los que se encuentran los diferentes tipos de dulces. El árbol de Navidad es un símbolo de uso universal, decorado con luces multicolores y considerado uno de los signos más hermosos y conocido de la Navidad, al igual que el pesebre que reproduce el nacimiento del niño Jesús, forman parte de los tradicionales adornos en los hogares latinoamericanos.
En cuando a la entrega de regalos o juguetes a los niños, la tradición es también variada. Muchas familias los entregan la noche del 24, especialmente por Noche Buena y otros lo hacen el 6 de enero Día de los Reyes Magos, pero también se han adoptado costumbres norteamericanas como la de que es Santa Claus o Papá Noel quien trae los regalos. |
El día 28 de diciembre se celebra el Día de los Santos Inocentes, jugándoles bromas a los conocidos, aunque no es tan popular porque la mayoría de las personas lo dejan pasar por alto.
Según algunas leyendas, la celebración de Navidad surgió para contrarrestar las fiestas paganas que se celebraban en el mes de diciembre. El 25 era sagrado no sólo para los romanos, sino también para el pérsico cuya religión de “Mithraism” era uno de los rivales principales del Cristianismo de aquella época. La Iglesia sin embargo, quería cambiar los rituales de la fiesta de Saturnalia (fiestas dedicadas al Dios Saturno) y los transfirió a la celebración de una Navidad cristiana.
Es difícil precisar cuándo comenzó a celebrarse la Navidad tal cual la conocemos hoy en el mundo. Lo cierto es que las costumbres, mitos y leyendas que se le fueron sumando a lo largo de los siglos provienen de diferentes países. En la actualidad, Navidad es un tiempo propicio para que los cristianos por medio del Adviento nos preparemos para recibir a Cristo, ‘luz del mundo’ (Juan 8, 12) en nuestras almas, rectificando nuestras vidas y renovando el compromiso de seguirlo. El espíritu de la Navidad para muchas personas es únicamente un estado de ánimo; pero para otras es el manto protector que envuelve al mundo durante los días que se recuerda el nacimiento de Jesucristo.
Aunque muchas personas las consideran únicamente una forma de diversión, y estreno de ropa, la realidad es que, sea cual sea el concepto que se tenga sobre la Navidad, es una oportunidad para reflexionar y compartir en familia. En este sentido exhortamos a todas las familias, especialmente de nuestra comunidad hispana en Canadá, a que hagan de cada adorno una pieza musical y, de cada celebración navideña un motivo para crear un ambiente de paz que nos encamine a un encuentro personal con Dios por medio de Jesús. Y que el Año Nuevo sea una nueva oportunidad para abrir nuevos caminos en sus vidas. Hacemos votos para que así sea.