Rodrigo Díaz M.
Una tendencia controvertida llamada “diseño defensivo”, una estrategia para prevenir el crimen, el merodear y otros problemas urbanos, que incluye bancas y sillas cuadradas con múltiples reposabrazos para que la gente no pueda dormir en ellas, esta causando preocupación.
“Se dirige a las personas que más usan o confían en el espacio público”, dice Cara Chellew, investigadora y defensora del espacio público. “Especialmente personas sin hogar, o jóvenes”.
Chellew lanzó recientemente #defensiveTO, un proyecto de mapeo en línea basado en voluntarios para documentar el uso del diseño defensivo en el área de Toronto y más allá.
En poco más de una semana, dice, un par de docenas de voluntarios han compartido más de 100 instancias de lo que algunos denominan elementos de diseño “hostiles”.
Y hay una amplia gama: muchas imágenes muestran bancas con múltiples reposabrazos y respaldos rígidos.
Otros revelan la prevalencia de postes metálicos a lo largo de fuentes, barreras de concreto y aceras, que evitan que los skaters se muevan a lo largo de los bordes, picos en los carteles de las fachadas para evitar que aves se posen sobre estas y plantas cuidadosamente ubicadas para evitar que las personas se paseen o duerman cerca de las tiendas o restaurantes
“En mi opinión, es una forma de violencia visual”, dice Chellew.
“Parece hostil, y desafortunadamente, creo que es un desperdicio de recursos cuando también intentamos activar y hacer que nuestros espacios públicos estén más centrados en el ser humano y vívidos”.
Otros señalan que mientras las estrategias defensivas mantienen a las personas vulnerables y marginadas fuera de la vista del público, no resuelven las causas fundamentales de los problemas sociales.
“Si estamos buscando una solución para las personas sin hogar, colocar una tercera barandilla en una banca para que alguien no pueda dormir una siesta en un parque no es una solución a ese problema”, dice Jake Tobin Garrett, gerente de política y planificación en la organización canadiense de defensa del parque Park People.
“Es un problema sistémico de vivienda y desigualdad de ingresos”.
La tendencia “problemática” limita los tipos de personas que pueden usar la esfera pública, que está destinada a ser accesible a toda la población, agrega Garrett.
“Esto es algo que afecta a todos”, dijo. “Cuando un espacio público está diseñado con rejas y barras adicionales y púas, no resulta acogedor”.














