El vitíligo no es una enfermedad contagiosa ni grave, pero puede tener un gran impacto desde el punto de vista psicológico. La buena noticia es que existen varios tratamientos que permiten mejorar la apariencia de la piel.
DESTACADOS.
+++ “El vitíligo es una enfermedad autoinmune desarrollada contra los propios melanocitos, es decir, que destruye las células de la pigmentación”, explica Agustín Alomar, miembro de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV).
+++ El doctor Alomar indica que la principal medida que deben adoptar las personas con vitíligo es protegerse frente al sol, ya que están más expuestas a sufrir daños en su piel.
+++ Por lo general, el objetivo del tratamiento del vitíligo es recuperar el pigmento. “Sin embargo, en ciertos pacientes lo que vamos a perseguir es acabar de eliminar los restos de pigmento que puedan quedar”, señalan los especialistas del Grupo de Dermatología Pedro Jaén.
La modelo canadiense Winnie Harlow es el rostro más visible del vitíligo, una enfermedad que afecta aproximadamente al 2% de la población.
“Es una patología cutánea degenerativa que provoca un trastorno de la pigmentación de la piel y causa la aparición de manchas. Se trata de una enfermedad autoinmune desarrollada contra los propios melanocitos, es decir, que destruye las células de la pigmentación”, explica Agustín Alomar, miembro de la Academia Española de Dermatología y Venereología (AEDV).
PROBLEMAS PSICOLÓGICOS.
El dermatólogo señala que, por lo general, “es un proceso benigno, pero puede ser devastador psicológicamente”.
Según indica el galeno, el vitíligo tiene dos variantes: “la focal, que se manifiesta con ligeras manchas segmentadas en el cuerpo, especialmente en las zonas expuestas al sol, y la universal, que abarca grandes extensiones”.
Asimismo, los especialistas de la Sociedad Española de Medicina Interna detallan que el síntoma característico del vitíligo son manchas de color claro que suelen iniciarse alrededor de orificios corporales (como la boca o el ano), en las axilas, alrededor de las uñas, en los genitales, las areolas mamarias y en zonas donde los huesos son prominentes, como los codos y las rodillas.
“También puede llegar a afectar a los ojos y a la mucosa de la nariz y de la boca, aunque estas localizaciones son mucho menos frecuentes”, apuntan.
La Sociedad Española de Medicina Interna manifiesta que el vitíligo es algo más frecuente en la mujer que en el hombre pero no muestra preferencia por ninguna raza.
La enfermedad puede iniciarse a cualquier edad. No obstante, la AEDV precisa que entre el 20% y el 30% de los casos comienza en la infancia. “De hecho, la mayoría de los pacientes presentan la enfermedad antes de cumplir 40 años”, aclara esta entidad.
El doctor Alomar señala que la principal medida que deben adoptar las personas con vitíligo es protegerse frente al sol, ya que están más expuestas a sufrir daños en su piel.
Además, existen diferentes tratamientos enfocados a recuperar el pigmento en las manchas claras y que permiten mejorar el aspecto de la piel.
Uno de ellos es el Tacrólimus tópico, un medicamento que, según explica el dermatólogo, debe utilizarse “por la noche para facilitar la migración de los melanocitos hacia la zona afectada”.
ANTIOXIDANTES ORALES.
El doctor Alomar indica que las personas con vitíligo también pueden beneficiarse de la “luz ultravioleta en la banda UVB-NB principalmente, o incluso de la luz solar controlada en países soleados. Sin luz es imposible estimular los melanocitos de cualquier reservorio”, asegura.
Otro medicamento utilizado para tratar el vitíligo es el Khellin tópico. “Treinta años de experiencia hacen que esté completamente convencido de la utilidad del Khellin aplicado tópicamente junto con la exposición a luz ultravioleta. La combinación con una exposición solar mínima de 5, 10 o 15 minutos diarios suele tener excelentes resultados en algunas áreas corporales. Es muy útil en países soleados”, afirma.
También se utilizan antioxidantes orales en el tratamiento de esta enfermedad. “Dado que la función de la luz es imprescindible y conociendo la producción de radicales libres por su acción, parece útil en el vitíligo la aportación de antioxidantes orales de demostrada eficacia como el Polypodium Leucotomos y la vitamina E. Estas sustancias permiten evitar al máximo el posible daño foto inducido y crean un mejor ambiente para la migración de nuevos melanocitos”, detalla.
El doctor Alomar manifiesta que, aunque no se le puede asegurar la curación a nadie, con los tratamientos a menudo se consiguen buenas mejorías.
“Es un proceso dermatológico sin garantía de curación y con una perspectiva de tratamiento prolongado aunque sencillo. No tiene efectos secundarios pero es incómodo, por lo que hay que tener fe en el dermatólogo y mucha constancia”, expresa.
Por lo general, el objetivo del tratamiento del vitíligo es recuperar el pigmento. “Sin embargo, en ciertos pacientes lo que vamos a perseguir es acabar de eliminar los restos de pigmento que puedan quedar. Así, en vitíligos donde la pérdida de pigmento en ciertas zonas, por ejemplo la cara, sea ya muy extensa y sólo queden islotes de pigmento, el tratamiento buscará homogeneizar el color blanco en dicha zona”, señalan los especialistas del Grupo de Dermatología Pedro Jaén.
La despigmentación puede llevarse a cabo con productos químicos o mediante láser. Los candidatos a esta opción son aquellas personas en las que las manchas blancas ocasionadas por el vitíligo hayan alcanzado una gran extensión de piel, de modo que la repigmentación ya no sea una opción realista.
Por Purificación León.
EFE/REPORTAJES