Cuando Burger King lanzó en Estados Unidos su nueva hamburguesa el pasado 1 de abril, en el Día de los Inocentes en ese país, cualquiera hubiese pensado que se trataba de una broma.
Esa cadena de restaurantes de comida rápida que sirve más de 11 millones de hamburguesas al día en todo el mundo anunció que sus famosos “whoppers” no tenían el ingrediente principal: la carne.
Pero esta movida inteligente fue 100% real, así como lo son las hamburguesas libres de carne que están cada vez más presentes en el mercado.
La carne del Impossible Whopper está hecha con base en proteína de soya, y su sabor y textura la hacen muy parecida a la carne de res. Su fabricante es la empresa Impossible Foods, galardonada en 2018 con el premio Campeones de la Tierra de ONU Medio Ambiente.
El desarrollo de las hamburguesas de Impossible Foods no ha sido fácil. Sus ingredientes incluyen proteínas de soya insertadas en una levadura con modificaciones genéticas, un producto que recibió varias críticas antes de ser finalmente aprobado por la Administración de Medicamentos y Alimentos de Estados Unidos el año pasado.
Pero los esfuerzos para fabricar un alimento apto y saludable para los humanos, con una menor huella ambiental, demuestran la creciente preocupación por la producción insostenible de carne. Lo que Burger King e Impossible Foods aportan a la mesa es una forma de abordar este asunto sin pedir a los consumidores que sacrifiquen su placer por la carne.
“Las personas son cada vez más conscientes de los beneficios para la salud y el medio ambiente de reducir el consumo de carne. Las hamburguesas con base en vegetales son una forma fácil y sabrosa de avanzar hacia una dieta saludable y sostenible”, dijo Clementine O’Connor, oficial del programa de sistemas alimentarios sostenibles de ONU Medio Ambiente.
“Esta nueva alianza entre empresas atrae a las personas que normalmente no pedirían una hamburguesa vegetariana, y ofrece una nueva y excelente opción en un menú tradicionalmente intensivo en carne”, añadió O’Connor.
Las estimaciones conservadoras sugieren que el creciente sector de la ganadería genera alrededor de 15% de los gases de efecto invernadero emitidos cada año.
“Para que las dietas sean más sostenibles, debemos comer porciones más pequeñas de ‘mejor carne’, es decir, de ganado criado en pastos, de forma local y orgánica”, agregó O’Connor.
“Casi un tercio de la huella de carbono corporativo en el sector de comida rápida se debe a la producción de carne de res. El Impossible Whopper es un excelente ejemplo de cómo las actividades específicas en el sector privado pueden crear un impulso para un cambio sistémico”, añadió.
El cambio sistémico está ocurriendo, aunque lentamente. La acción individual, la actividad de base, los mecanismos financieros y la infraestructura del gobierno deben trabajar unidos en favor de la sostenibilidad a largo plazo.
“Los individuos pueden hacer su parte. Pero los gobiernos de todo el mundo continúan distorsionando los mercados al proporcionar subsidios agrícolas perjudiciales, sin considerar en los productos el costo total de la carne: sus efectos en la salud y sus consecuencias ambientales, por ejemplo.
Esta es una falla de mercado causada por señales de política obsoletas. No es un fallo de los consumidores individuales”, dijo Tim Christophersen, coordinador de la subdivisión de agua dulce, tierra y clima de ONU Medio Ambiente.
“Si los gobiernos establecieran señales políticas, como incentivos fiscales, en línea con los objetivos climáticos, las hamburguesas sin carne podrían ser más baratas que las tradicionales”, agregó.
Las versiones sin carne en Burger King tendrán un costo de US$ 1 más que las opciones de carne. La hamburguesa vegetal de Burger King también contiene 15% menos grasa y un 90% menos colesterol que las tradicionales.
“Nos inspiramos para asociarnos con Burger King debido a su escala masiva, pero también por su gran atractivo para los consumidores de carne. Además de satisfacer a los clientes, las carnes de origen vegetal desempeñarán un papel vital en la resolución de uno de los desafíos más apremiantes del planeta: alimentar de manera sostenible a 9,7 mil millones de personas para 2050 mientras reducimos la explotación de los recursos de la tierra”, comentó el equipo de Impossible Foods.
Reemplazar en un 30% la ingesta de carne de rumiantes con proteínas de origen vegetal, solo en el segmento de los consumidores más ricos del mundo, podría reducir a la mitad la brecha de emisiones, que es la disparidad entre el lugar donde se encuentran actualmente las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero y el lugar en el que deben estar para evitar un aumento perjudicial de la temperatura global.
En un estudio reciente, Impossible Foods descubrió que 91% de sus consumidores comen carne de res. Después de probar la hamburguesa Impossible, sin antibióticos, hormonas, colesterol o contaminantes de matadero, el interés del consumidor aumentó de 24% a 40%.
Si esa tendencia continúa, estaremos en presencia de un cambio del sistema, un bocado a la vez.
*Artículo publicado originalmente por ONU Medio Ambiente América Latina y el Caribe.