Fue una noche de música, poesía, letras y teatro, en que cerca de un centenar de canadienses con raíces latinoamericanas disfrutaron de buen arte, mal arte y pésimo arte en español. Es decir, disfrutaron del arte hispano que florece en la ciudad.
Por Oscar Vigil
TORONTO. Es algo que está a la vista de todo mundo: media vez se va acabando el invierno y se diluye la nieve, las flores comienzan a emerger sin que nada ni nadie las detenga. Es el milagro de la primavera en las tierras frías del norte, donde bajo cada copo blanco evaporado surge una flor… pero junto a ella, aparece también la maleza.
Lo mismo sucede en el campo del arte con los músicos, con los poetas y con los escritores: media vez llega la primavera, sus flores y claveles comienzan a ver la luz, aunque obviamente rodeados también de mala hierba.
Celebrando la llegada, lenta pero segura, de la primavera en Toronto, el periodista Freddy Velez desempacó su caja de jardinería y abrió nuevamente su huerto de poesía y música denominado “Bohemia”, una noche abierta al arte en la que florecieron todo tipo de expresiones artísticas hispanas que estuvieron hibernando durante varios meses.
Así, poetas, músicos, escritores y cantantes se hicieron presentes en un escenario creado en el restaurante El Tren Latino, ubicado en la intersección de las calles St. Clair y Dufferin, donde cerca unos cien hispanos disfrutaron de una bohemia llena de pocas flores y de mucha maleza.
Pero así es el real mundo del arte latino, “en desarrollo pero con muchas perspectivas”, como dirían las personas que hablan de una forma políticamente correcta.
“Bohemia” es un esfuerzo cultural que Freddy Velez ha promovido desde al año 2003, y en el cual se han visto pasar muchos de los más exitosos artistas latinos de la ciudad. Pero obviamente cada primavera viene con su propio follaje.