Por Alejandro A. Morales
TORONTO. En el segmento demográfico de la tercera edad se ha experimentado un notorio cambio cuantitativo que se refleja en el enorme incremento poblacional de este sector en las últimas dos décadas. A su vez se ha acusado la presencia de cambios cualitativos. Esto último debido a los enormes avances tecnológicos, lo que como consecuencia ha disminuido el papel que los adultos mayores habían jugado en la sociedad. Prima el llamado modelo juvenil en la sociedad actual y existe aún un rechazo a lo que proviene de la tercera edad, a pesar de algunos progresos, especialmente en el campo laboral donde las personas mayores continúan trabajando hasta una edad más avanzada, como consecuencia de que se derogó el retiro obligatorio.
Hoy en día, gracias a los progresos de la medicina, los que impactan mucho más en aquellas sociedades donde esta se encuentra socializada, como sucede “hasta ahora” en la de provincia Ontario, donde los jubilados y personas que alcanzan a más de los 65 años gozan, en general, de otros 10 o 15 años de tiempo libre para ocupar. Disponen además de conocimientos y experiencia, lo que puede hacer muy útil su participación como voluntarios.
Hasta hace poco las organizaciones sociales se ocupaban principalmente de la asistencia para este grupo etario demostrando poco interés de incorporarlos en el trabajo voluntario, asumiendo una falta de interés por parte de ellos de realizar dicha actividad. Actualmente, al contrario, existe un creciente interés, haciéndolos protagonistas de su propio desarrollo, además de considerar la enormidad de los recursos humanos que esto conlleva y su amplia disponibilidad para ser utilizada en incrementar el capital social existente en nuestra sociedad.
Por otro lado, existen abundantes estudios que demuestran que el adecuado empleo del ocio de las personas mayores influye mucho sobre la satisfacción en la vida que otros factores, como la salud y los ingresos, por ejemplo. Entregando información positiva a nuestras sociedades sobre las personas mayores, fomentando además las relaciones intergeneracionales, se ha conseguido mejorar la autoimagen de nuestra gente mayor. Esto demuestra la fuerte relación entre voluntariado y satisfacción en la vida.
¿Cuáles son las ventajas que presenta la realización de un voluntariado para una persona mayor?
Ventajas sociales, así concientizando a la sociedad de la importancia de los adultos mayores logrando, por tanto, una notable mejora de su papel e imagen social y enfatizando los valores humanitarios, de solidaridad de este voluntariado.
Ventajas para las organizaciones, aumentando así el número de voluntarios que tienen experiencia y dedicación, mejorando notoriamente los programas de intervención.
Ventajas para los voluntarios, al favorecer el intercambio generacional y estar en contacto con voluntarios de gran experiencia.
Es necesario, sin embargo, que el admitir las personas mayores en las organizaciones no es un asunto fácil, simplemente porque la jubilación esta asociada a la pasividad, habiendo ya realizado suficientes tareas en sus vidas y a ser receptores de servicios, más que prestadores. No obstante, esta pasividad puede ser superada si la iniciativa social utiliza las técnicas adecuadas.
Es importante determinar cuáles serían los proyectos que pueden beneficiarse de las personas mayores:
Enseñanza de su experiencia a los colectivos jóvenes. Captación de otras personas mayores. Proyectos con personas del mismo colectivo. Abuelos sustitutos donde pueden. Oficinas de información y atención a personas mayores.
Las personas mayores ven como un aspecto muy negativo no hacer nada, el estar pasivos y aislados. Eso los impulsa a realizar actividades. Con ello se rompe el aislamiento y el encerrarse en sí mismo. El hacer cosas es también relacionarse y sentirse vivo mediante el contacto con otros. Muchos opinan “que hay que hacer cosas para no sentirse viejo”. La experiencia demuestra que el voluntariado debe ser presentado como una forma alternativa de ocupar el tiempo y aprender, no solo como una forma de ayudar a los demás.
Las organizaciones en su búsqueda de voluntarios deberían plantear el voluntariado como una fórmula donde estos puedan aportar su experiencia y se les reconozca su valor y sus capacidades. Al mismo tiempo al desarrollar relaciones que los haga salir de su aislamiento o cualquier sentimiento de exclusión, es posible que un número mucho mayor esté dispuesto a participar como voluntario. Participar no es solamente cumplir con un deber de solidaridad con la sociedad, sino un modo de no sentirse al margen, de no sentirse viejo o que uno ya no vale nada.
Tenemos la certidumbre de que un buen número de hispano hablantes o latinos se encuentran realizando un voluntariado en nuestra ciudad y provincia, como asimismo el resto de Canadá y para que su promoción sea eficaz se necesita tener especial cuidado a su integración, motivación y formación. Algunos de los proyectos más notables en nuestra comunidad han sido el resultado de una buena participación voluntaria. (Fuente: Iniciativasocial.net).