Por Manuel Arias*
MEXICO. Ante 448 diputados, 110 senadores, invitados especiales, mandatarios y representantes internacionales, Andrés Manuel López Obrador emitió un discurso de toma de mando en el que destacó sus principales propuestas para el sexenio que inicia como mandatario.
Al llegar al Palacio Legislativo, desde donde ofreció su discurso de posesión, estrechó las manos del presidente saliente, Enrique Peña Nieto, quien a lo largo del discurso expresaba diversas reacciones, al escuchar al nuevo presidente hacer fuertes críticas por los altos niveles de corrupción e impunidad de sus antecesores.
En un discurso de más de una hora, López Obrador reiteró sus promesas de campaña, asegurando que acabará con los fueros políticos, que no se reelegirá, en clara alusión a algunos presidentes de la izquierda latinoamericana como Evo Morales de Bolivia, Nicolás Maduro de Venezuela y Daniel Ortega de Nicaragua, entre otros.
El nuevo mandatario se comprometió a implementar fuertes medidas de austeridad, anunció que su sueldo será 40% menos de lo que ganaba su antecesor. Asimismo, que la publicidad del gobierno se reducirá en un 50%, que no habrá compra de automóviles para funcionarios y que no habrá oficinas de gobierno en el extranjero (salvo embajadas y consulados).
Indicó que durante su gobierno no habrá fracturación hidráulica para obtener petróleo, ni cultivo de transgénicos. También se comprometió a investigar la desaparición de los 43 estudiantes de Ayotzinapa, Estado de Guerrero, quienes fueron desaparecidos la noche del 24 de septiembre de 2014, cuando pistoleros de un grupo delictivo actuaron en coordinación con policías municipales para desaparecer a los 43 alumnos, herir a 17 personas y asesinar a balazos a otras seis, tres de ellas estudiantes.
Entre los desafíos que el nuevo mandatario tendrá que enfrentar, se encuentra la inseguridad (129.000 asesinatos y 40.000 desapariciones), el crimen organizado y el narcotráfico, altos índices de feminicidios en toda la república, la corrupción, el robo de petróleo, el desempleo, la economía y la migración, muchos de ellos heredados por la administración saliente.
Luego de su discurso en el Palacio Legislativo, se dirigió a la Plaza del Sócalo para recibir la bendición de diversas entidades indígenas, con quienes durante toda su vida política Obrador ha mostrado mucha solidaridad y por quienes ha luchado desde diferentes posiciones de influencia.
También miles de sus seguidores lo esperaban para escuchar su discurso y presenciar las ceremonias indígenas. Aquí, AMLO nuevamente reiteró y se comprometió a cumplir con sus promesas, pero además recalcó tres de los compromisos que según él son claves y que repitió muchísimas veces durante su campaña electoral: No robar, no mentir y no traicionar.
López Obrador, de 65 años, oriundo de Tepetitán, Tabasco, politólogo, escritor y luchador por los derechos de los indígenas, luchador social y político de izquierda, recibió la banda presidencial y asumió con ella la gran responsabilidad de enfrentar los complejos problemas que afectan a este país. Afortunadamente, AMLO recibe un fuerte respaldo y confianza de la mayoría del pueblo mexicano y con un congreso de mayoría a su favor.
Gobernará durante 5 años y 10 meses, tiempo en el cual tendrá que cumplir con sus promesas y demostrarle a su pueblo que es posible gobernar para las grandes mayorías y ordenar la casa de tantos males que le afectan, pero especialmente, está por verse si pasa a la historia como un presidente más, cuestionado como sus antecesores, o como el presidente que enfrentó lo problemas complejos del país y que luchó contra la impunidad, la inseguridad, la corrupción, la inmigración, el desempleo, los feminicidios y en general mejoró el nivel de vida de los mexicanos.
*Manuel Arias, periodista de la agencia de noticias Voz de la Diáspora (www.vozdeladiasporanews.com)