Por Raúl A. Pinto
Cuando Canadá se encuentra en negociaciones para ser sede de la Copa del Mundo de Fútbol 2026, en conjunto con México y Estados Unidos, el Alcalde de Toronto John Tory ha alzado la voz públicamente, comentando que esta es una oportunidad “irresistible”.
En entrevista con los medios, Tory dijo creer que los contribuyentes “preferirían que usáramos el dinero de la municipalidad para eso más que para otras cosas”.
“Tengo mucha confianza en lo que el gobierno federal está haciendo con esta apuesta, es una oportunidad única en la vida de ser parte de lo que creo que es el mayor evento deportivo en la Tierra a un costo muy limitado. De verdad, no sé por qué alguien diría ‘no hagas esto’. La inversión que se pide es muy modesta, por lo que creo que dará ganancias muy significativas,” dijo Tory.
El alcalde sostuvo que de ser aprobado, el costo para la ciudad sería de 30 a 45 millones de dólares. La idea, comentó, es no construir un nuevo estadio, sino aumentar la capacidad del BMO Field, actualmente el único estadio de fútbol de Toronto, con capacidad para 30 mil espectadores. El dinero mencionado no sería destinado entonces para este campo de juego. En otras ocasiones, se instalaron sillas adicionales en este centro para partidos importantes de otros deportes como el Grey Cup (fútbol americano) o el NHL Centennial Classic (Hockey). El Rogers Centre, que eventualmente podría aglutinar incluso mucho más personas, no será considerado.
Una vez que se confirme que Norteamérica será la sede del próximo Mundial de Fútbol, Canadá contará con la opción de ser anfitrión en diez juegos, que a la vez deberán ser repartidos entre Toronto, Edmonton, Montreal y Vancouver.